Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Cada gesto suyo era pura maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas https://tedvnum893452.verybigblog.com/37465489/las-cámaras-captaron-el-cabezazo-de-zidane-desde-todos-los-ángulos